La saliva me ahoga, duele al tragar.
http://facebookiniciosesionweb.blogspot.com/2013/10/facebook-iniciar-sesion-facebook-inicio.html
Aún lo siento sobre mí, aplastándome con su peso.
Me llega el olor de nuestro patio, antes amable, me invita a escapar pero no puedo.
Primero fue una sonrisa, luego blanda presión. Busqué mi espacio, me retiré aún sabiendo que era inútil, pero me arrinconó. Se mostró a las claras en la penumbra de aquel zaguán.
La calle despierta, los sonidos de cada mañana me saludan, ahora son ajenos. Se burlan.
Quise evitarlo, pero el imán de sus ojos acalló mis recelos.
Sed. Dolor, frío y sed.
Ahora que no está, que se ha desvanecido antes de la luz, una llamada detrás del túnel de mis deseos exige más.
Un fluido viscoso se derrama por mi cuello. Resbala con dificultad dibujando el contorno de mi piel.
La certeza de su esencia me da vida, hace renacer en mí un anhelo que creía extinto, vencido, olvidado en la rutina de mi nueva vida. Reconozco su sabor. Aún palpita sobre mi lengua. Sangre. Vuelvo a desearla. Sed.
Pero ahora no, debo seguir su ejemplo, ocultarme de la luz y despertar en busca de nuevo ganado.
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Aún lo siento sobre mí, aplastándome con su peso.
Me llega el olor de nuestro patio, antes amable, me invita a escapar pero no puedo.
Primero fue una sonrisa, luego blanda presión. Busqué mi espacio, me retiré aún sabiendo que era inútil, pero me arrinconó. Se mostró a las claras en la penumbra de aquel zaguán.
La calle despierta, los sonidos de cada mañana me saludan, ahora son ajenos. Se burlan.
Quise evitarlo, pero el imán de sus ojos acalló mis recelos.
Sed. Dolor, frío y sed.
Ahora que no está, que se ha desvanecido antes de la luz, una llamada detrás del túnel de mis deseos exige más.
Un fluido viscoso se derrama por mi cuello. Resbala con dificultad dibujando el contorno de mi piel.
La certeza de su esencia me da vida, hace renacer en mí un anhelo que creía extinto, vencido, olvidado en la rutina de mi nueva vida. Reconozco su sabor. Aún palpita sobre mi lengua. Sangre. Vuelvo a desearla. Sed.
Pero ahora no, debo seguir su ejemplo, ocultarme de la luz y despertar en busca de nuevo ganado.