La lluvia caía sobre el cristal como con prisa por deslizarse hacia el capó. Mientras hablabas no pude evitar hacer dibujos con el dedo en el vaho de mi ventana. Sé que te fastidia que te dé la espalda en mi asiento y que siempre has considerado infantil mi actitud en estas ocasiones. Tal vez por eso lo hago. Es mi manera de vengarme de tu perfección. Siempre te pones como ejemplo y, sea cual sea mi actitud, tienes algo nuevo que reprocharme. ¿Qué más da lo que sea esta vez? Sabes que nunca recuerdo exactamente cómo empiezan nuestras discusiones. ¿Te importa tanto?
http://entrarfacebook.over-blog.com/entrar-facebook-%7C-entrar-en-facebook-%7C-facebook-inicio-sesion
Aunque no puedas mirarme o hablarme ahora, sé que lo piensas. Estás en mi cabeza y todavía sigues torturándome. Sin palabras, ahora sólo con tu recuerdo. Me haces sentir pequeña. Como una eterna adolescente. Ya casi no hablo con nadie. No acudo a las reuniones, ¿para qué? Les veo pasar a mi lado sin una sonrisa, siempre ocupados, siempre grises.
A pesar de todo tú me comprendías. Sabes que no quería hacerte daño. Que era sólo un amigo más. Nunca imagine que para ti yo era otra cosa. Si me lo hubieras dicho aquella noche, mientras hacía dibujos en el cristal, habría despertado al fin. Te hubiera mirado a los ojos por primera vez y me habría reconocido en ellos. Pero hiciste tu elección y ahora la lluvia cae sobre el mármol como con prisa por deslizarse hacia tu lecho.
Aunque no puedas mirarme o hablarme ahora, sé que lo piensas. Estás en mi cabeza y todavía sigues torturándome. Sin palabras, ahora sólo con tu recuerdo. Me haces sentir pequeña. Como una eterna adolescente. Ya casi no hablo con nadie. No acudo a las reuniones, ¿para qué? Les veo pasar a mi lado sin una sonrisa, siempre ocupados, siempre grises.
A pesar de todo tú me comprendías. Sabes que no quería hacerte daño. Que era sólo un amigo más. Nunca imagine que para ti yo era otra cosa. Si me lo hubieras dicho aquella noche, mientras hacía dibujos en el cristal, habría despertado al fin. Te hubiera mirado a los ojos por primera vez y me habría reconocido en ellos. Pero hiciste tu elección y ahora la lluvia cae sobre el mármol como con prisa por deslizarse hacia tu lecho.