Nené, ven a la cama y dame un masaje de esos que le gustan tanto a mamá. Vamos hijo, no me digas esas cosas y ven ya. Hoy estoy muerta y necesito de tus manos más que nunca. Sí, eso es... Un poquito más fuerte. Así, en este lado... ¿Qué quieres decir con eso? Esto es sólo un camisón. ¿Te vas a asustar a estas alturas de verme así? ¡No te consiento esa manera de hablar! Vamos... hazlo por mí. Ya sabes dónde le gusta a mamá. Muy bien... así. Despacio, más despacio... ¿Por qué paras? Olvídate de tu padre, ese nunca vuelve antes de las seis. Además, no sabe cuidarme como tú. Ven, tonto. Eso es lo que quiero, obedéceme. Con cuidado, no tan fuerte... ¿Pero qué te pasa hoy? ¡Me haces daño! Pues claro que está bien, eres mi hijo, no hay nada malo en esto. Pero, ¿de qué estás hablando? ¿Qué tiene ella que ver? ¿La has visto otra vez? Sabes que no lo apruebo. ¡Ven aquí en seguida! ¡No me dejes...! ¡No es cierto! Yo nunca te haría daño. ¿Cómo puedes pensar eso de tu madre? ¡Ven a la cama! ¡De eso nada, tú de aquí no te vas! Si sales de esta habitación, no vuelvas a pisar esta casa, ¿me oyes? ¿Me estás oyendo? ¡Ven aquí ahora mismo! ¡Nené!
http://facebook-inicio2.webnode.es/
http://facebook-inicio2.webnode.es/